Desde las tierras suecas, aparece Shadowgarden, una banda engendrada de las profundidades sombrías de Draconian. Olvidando parte de la melancolía de su música, Shadowgarden, muestra otra cara de sus sentimientos, aunque a veces hace recordar a sus antepasados, este camino es liderado por los guitarristas de Draconian, Johan Ericson y Andreas Hindenäs.
El tempo de sus composiciones es más vivo, entretejen las voces a veces cristalinas, luego se vuelven rasgadas, otras veces son de ultratumba, mientras la voz de Lisa Johansson las acompaña, luego los redobles de Jerry Torstensson emergen de ellas, ambos como músicos de sesión.
Los instrumentos se lucen por sí mismos, las notas son limpias, cada uno tiene su momento de protagonismo, riffs sutiles, aún con una lúgubre atmósfera que los caracteriza. Es como una versión más vigorosa, el otro lado del mismo espejo.
“Ashen” sería el primer cuadro, el cual expusieron el pasado 27 de Agosto, ahora solo nos faltaría ir a la galería de arte, unos se deleitarán, otros se decepcionarán, porque no es el reflejo de Draconian, a pesar de que casi todos los integrantes pertenecen a dicha banda. Johan Ericson creó un mundo distinto al que transitaba, plagado de un delicado romanticismo, y oscuridad….
Morten Veland es un sublime músico proveniente de Stavanger, Noruega, nacido el 4 de Diciembre de 1977. Ha compuesto reliquias del género gótico, con pinceladas sinfónicas, desde Tristania en el siglo pasado, por el año 1996, siendo el escritor, el guitarrista y dirigiendo con su voz profunda, rasgando desde baladas de melancolía hasta melodías poderosas llenas de pasajes de bellos sentimientos. Solo dos composiciones, “Widow’s Weeds” y “Beyond The Veil”, luego su esencia se desvaneció por el año 2001 cuando decidió apartarse de su camino, aquel que comenzó a resultarle desconocido y que no le pertenecía. Enseguida junto a Kristian Gundersen crean Sirenia, haciendo recordar a las viejas épocas de Tristania, aquella con la que él aún se identificaba. Su música era vigorosa tanto o más que sus viejas composiciones, exhalaba un parecido, voces limpias y guturales, gritaban haciendo dúos junto a voces cristalinas femeninas, coros sinfónicos y potentes instrumentos acompañando aquellos sentimientos que infectarían a sus seguidores. El sublime violín de Pete Johansen seguía los pasos del gran Veland sea cual fuere el sendero que siguiera, como si aquel fuera el flautista de Hamelin.
Sirenia perdió el rumbo de aquellas solemnes melodías, de interpretaciones tan sutiles y majestuosas, enterradas en ritmos acompasados, propios del género doom.
La pluma escribió otro destino para ella, y Veland por el 2009 decidió traer desde la tumba las cenizas de aquellas bandas que había liderado, como fiel director de una orquesta, encerrando aquellos recuerdos de cristal en Mortemia.
Las estaciones fueron pasando, y en este año, salió desde las frías tierras de Noruega “Misere Mortem”, una oda a su carrera. Él es el único intérprete de Mortemia, cada instrumento lo ejecuta como si tuviera miles de personalidades, cada uno dedica un sentimiento distinto.