MOONSPELL
«Alpha Noir / Omega White»
(Napalm Records)
A lo largo de su discografía, los portugueses de Moonspell han demostrado ser una banda dispuesta a tomar riesgos y a incursionar de modo competente en distintos sub-géneros del metal extremo. Con algo más de la ambición que históricamente ha caracterizado a la banda, el pasado 27 de abril lanzaron «Alpha Noir/Omega White», un disco doble y conceptual. Después de dos años de vinculación con el gigante alemán SPV, la banda hace su estreno en el sello austríaco Napalm Records (Belphegor, Candlemass, Tristania). La composición del disco llevó alrededor de tres años, y el proceso de grabación, arreglo y mezcla, algo más de dos, desarrollándose entre los Inferno Studios de Moonspell en Lisboa y los Aarhus Studios del productor Tue Madsen (The Agonist, Dark Tranquility, The Haunted) en Dinamarca. Madsen repite con la banda luego de trabajar en «Under Satanae» (2007) y «Night Eternal» (2008). El arte de tapa una vez más ha corrido por cuenta del talentoso artista griego Spiros Antonoiu (Seth Siro Anton), siguiendo la línea del realismo gore, erótico y futurista que ha caracterizado sus trabajos con Flowing Tears, Kamelot, Paradise Lost y su propia banda Septic Flesh.
De acuerdo a la gacetilla de prensa publicada por Napalm, «Alpha Noir» recoge influencias de Bathory, King Diamond, Metallica y Testament, mientras que «Omega White» encuentra sus fuentes en Type O Negative y Sisters of Mercy, entre otros. Así, el primer disco explora el lado más thrashero, agresivo y visceral de Moonspell, emparentado con discos recientes como «Memorial» (2006) y «Night Eternal» (2008), y el segundo desarrolla la faceta más atmosférica y oscura de la banda, predominante en lanzamientos como «Irreligious» (1996), «Sin/Pecado» (1998) o «Darkness and Hope» (2001).
«Alpha Noir» comienza de muy buen modo con “Axis mundi”, un corte distorsionado, de toques industriales y logrados efectos de voz en el estribillo. El segundo tema es “Lickanthrope”, del que hay un muy buen video en la web oficial. Retoma el tópico de los hombres-lobo tan afín a la banda, presentando mucho trabajo de guitarras y una letra rica en imágenes. Le sigue “Versus”, con una base rítmica algo bailable que recuerda las épocas de «Sin/Pecado», y una letra apocalíptica sin demasiadas pretensiones en comparación con otras de la banda. “Alpha Noir”, el tema que da nombre al disco, es una incursión minimalista en ritmos thrash con toques góticos, bien ambientada con arreglos alternados de guitarra y teclados, uno de los puntos altos de la lista. Luego aparece «Em Nome do Medo», cantada en portugués. Continúa la tradición de “Trebaruna” («Wolfheart»), “K (O Mal de Cristo)” («The Butterfly Effect» -1999-), y “Os Senhores da Guerra” («Darkness and Hope»), y también destaca por los sutiles arreglos de guitarra y teclados debajo de la voz.
En sexto lugar aparece “Opera Carne”, un tema de choque, con riffs machacantes y ritmos cadenciosos, especialmente en el estribillo. El Nº 7 es “Love is Blasphemy”, un corte entretenido y pegadizo, aunque algo llano en su estructura. Los decibeles levantan con “Grandstand”, pieza de un comienzo solemne y muy buena performance vocal de Ribeiro. Se mantiene en la línea de bases rítmicas de machaque alternadas con arreglos melódicos que define en general al disco, y es otro de los temas destacados. El track de cierre es “Sine Missione”, un instrumental lento y oscuro característico de la banda.
«Omega White» empieza con “Whiteomega”, que presenta un destacable riff central, con ritmos sincopados de batería y vocales de tonos bajos. Le sigue “White Skies”, de la que también hay video disponible. Presenta un enfoque típicamente gótico y orientado al erotismo lésbico, presenta coros femeninos y es uno de los temas del disco que más acusa la influencia de Type O Negative. El tercer corte es “Fireseason”, cuenta con guitarras acústicas y una interesante estructura de arreglos, aunque el estribillo resulta un poco repetitivo. “New Tears Eve” está basado en secciones climáticas y lentas, con un papel central del bajo y arreglos de teclado que recuerdan al mejor dark de los 80’s. Está dedicado a la memoria de Peter Steele, desaparecido vocalista de Type O Negative y amigo de la banda. “Herodisiac” es uno de los momentos más destacados del disco, alternando estrofas lentas con un estribillo agresivo de destacadas vocales femeninas. Explora una temática de vampirismo erótico, de uso frecuente en la banda.
El sexto tema es “Incantatrix”, de los más lentos y cadenciosos de la lista. Tiene una estructura algo similar al tema anterior, de estrofas lentas y graves contrastando con estribillos secundados por voces femeninas. Este es un recurso que ha resultado ser eficaz para la banda, pero del que nunca es bueno abusar en cuanto muestra cierta monotonía en las estrategias compositivas. “Sacrificial” es uno de los temas más guitarreros de «Omega White», lo que perfectamente podría colocarlo en «Alpha Noir» si no fuera por el tono trágico de la letra, de las más elaboradas del disco. La lista se cierra con “A Greater Darkness”, un tema de 7:25 minutos que destaca por la interesante performance vocal de Ribeiro, especialmente en las partes que las voces se acompañan con el piano. Al igual que “New Tears Eve”, la letra trata del sentimiento de pérdida de un amigo de una forma melancólica y desesperanzada, acorde al enfoque conceptual de «Omega White».
Los dos discos fueron mezclados por separado y en épocas diferentes, lo que se nota sobre todo en los arreglos de teclados, que son más ricos y variados en «Omega White», que a su vez tiene un sonido de guitarras más débil y contenido que el de «Alpha Noir». La mayoría de las canciones usan constantemente efectos en la voz, quizás tantos como la banda no mostraba desde «The Butterfly Effect». Este uso excesivo del recurso termina siendo contraproducente para la voz de Fernando Ribeiro, que por sí sola luce en muy buena forma. Además, tanto los efectos utilizados y la alternancia entre las voces limpias y las distorsionadas son bastante similares en varios temas.
Tanto el concepto general del disco como muchas de las letras están inspirados en el extravagante poeta y performer sueco Linus Raudsepp (“Soy uno con la Oscuridad, del mismo modo que lo soy con la Luz. Se necesitan una a la otra.”). En ese juego de opuestos que comienza por el título, se prolonga en las portadas y culmina en la composición, las letras de «Alpha Noir» apuntan a un enfoque edificante y revulsivo de la existencia humana, mientras que las de «Omega Noir» se adentran en la angustia, la frustración y la oscuridad.
A modo de balance, este lanzamiento doble de Moonspell no es tan duro como «Memorial» (2006), en cuanto a que no desarrolla la raíz death metal explorada en este álbum, ni tan original como los dos primeros discos de la banda. De todos modos, contiene 17 temas de factura experimental y ecléctica, fieles a la impronta de una banda que parece recoger tanta influencia de The Cure como de Metallica. Por esto, «Alpha Noir/Omega White» cumple con creces lo que esperaría cualquier seguidor de Moonspell, y es también una buena puerta de entrada para quienes no conozcan la banda.
Pablo Melogno.