En el año 2015, el sello brasileño Dies Irae reeditó en CD dos piezas fundamentales del metal uruguayo agotadas hace varios años: «Reincarnation» (1989) y «Motherfucker» (1992), los dos discos de la mítica banda Graf Spee. Mientras los CD’s ya se están distribuyendo en Sudamérica, Japón y Europa, y los fanáticos no pierden la esperanza de una reunión, Rise! realizó una entrevista con el guitarrista Luis Linfa y el bajista Luis ‘Barbas’ Spósito.
RISE!: – ¿Cómo recuerdan el movimiento del metal uruguayo de los 80’s?
Luis Linfa: Todos eran muy independientes. Nosotros no teníamos nada en común con ninguna banda, y las bandas entre sí tampoco. Nosotros con los que teníamos más afinidad era con Angkor Vat, por un tema familiar en principio. Además cuando ellos empezaron a tocar venían a la sala de ensayo nuestra en la casa de Diego (N: García, baterista), y nosotros les prestábamos todo. Era en la casa de los García, y los dos (Diego y Álvaro) vivían ahí. Era una banda con la que teníamos amistad. Capaz que ahora hay mucha más hermandad entre las bandas, y van todas para el mismo lado y tienen proyectos juntos. En aquel momento los proyectos no eran grupales, sino de cada grupo. Cuando se hacía algún toque, de repente estaba todo generalizado, era ‘heavy metal’, después tratamos de ir seleccionando un poquito los toques con bandas más afines a lo que hacíamos nosotros. Entonces en su momento buscábamos tocar con Sádica, con Angkor Vat siempre que podíamos, después con Inner Sanctum o Alto Voltaje.
Nosotros fuimos un grupo más pero tuvimos nuestro peso, cuando hacíamos un toque arrastrábamos gente. A mí me preguntan por Alvacast, y yo siempre hablo bien, un grupo prolijo, que supo hacer bien las cosas, tocaban siempre afinados, mantenían la equipación en muy buenas condiciones, prolijos y buenos músicos. Pero es raro que las bandas de aquel tiempo hablen de nosotros, no sé por qué. Me quedé muy contento con un reportaje que le hicieron al Chupete de Rey Toro, que nos nombró y señaló el valor del disco nuestro en Europa y cosas así; y me quedé contento porque por lo menos él, que vino a unos cuantos ensayos de Graf Spee, tiene esa buena onda de decir «si había una banda que me gustó, por qué no lo voy a decir?».
R!: – ¿Cómo son los comienzos?
LL: Empezamos a ensayar en el ’78, teníamos 18 años, ahí compramos los equipos y armamos algo en el garage de casa, fue la primera formación digamos. Entonces éramos nosotros tres, Luis ‘Barbas’ Spósito en bajo, mi hermano José Manuel Linfa en batería y yo (Luis Linfa) en la guitarra. Más adelante, ahí por el ’80 vino Carlos Quintana que cantaba muy bien, tenía muy linda voz Carlos, vino y estuvo unos años ahí con nosotros. Por aquel momento hacíamos cumpleaños de 15, casamientos, todo covers, de Led Zeppelin, Deep Purple, hacíamos también cosas como Peter Frampton, Beatles o Banana. Y después empezamos a hacer temas propios.
R!: – Las influencias en esa época llegaban hasta Led Zeppelin, Deep Purple, Rush?
LL: Eso era lo duro, también Quiet Riot y AC/DC.
R!: – Y los que vinieron después, Judas, Mötorhead, Maiden?
LL: Poco, poco, tratábamos de hacer algo que vendiera y eso no vendía, entonces lo teníamos muy postergado. Sí conocíamos a Motörhead, porque escuchábamos Meridiano Juvenil y siempre pasaban Motörhead, pero tratábamos de que lo nuestro fuera lo más vendible posible.
R!: – ¿Sintieron en algún aspecto el hacer música en dictadura?
LL: Teníamos problemas con los ensayos, venían y nos denunciaban los vecinos. Entonces nos llamaban de la Comisaría para decirnos que después de las 11 no podíamos hacer más ruido. Pero más de eso no, en realidad no teníamos mucho problema. Nosotros no vivimos la etapa esa del ’73 al ’75, ahí sí te llevaban del forro, pero en la etapa nuestra no; la dictadura estaba cerca de su fin y zafamos bastante. Igual no era fácil, si querías organizar un recital se te complicaba. Cuando empezamos con Víctor, que con él empezamos en el ‘85, todavía había prejuicios, con los grupos de rock ni que hablar, y mucho más si era heavy metal.
Cuando íbamos a alquilar algo decíamos que era un festival de rock, incluso si íbamos con Alvacast, con Picerno, tirábamos «es para un espectáculo de rock»; no especificábamos mucho porque sino no teníamos equipos.
R!: – En el ’83 viene Van Halen y también Barón Rojo, ¿fueron?
LL: Sí, fuimos, eran influencias, sobre todo Van Halen, verlo fue ir a ver a un guitarrista fenomenal.
Luis «Barbas» Spósito: Igual sonó horrible, fue en el Cilindro.
LL: Pero el solo de Van Halen era impresionante, la viola con una pared de Marshall atrás, yo nunca lo había visto, igual no fue el mejor concierto que vi en mi vida.
R!: – ¿Cuál fue el mejor?
LL: El mejor concierto que vi mi vida, muy poca gente lo vio: Ian Gillan Band en el Palacio Peñarol, allá por el ’92. Nosotros seguíamos en funcionamiento, fuimos con Víctor y con Diego, ese fue el mejor concierto que fui en mi vida. El volumen venía todo de atrás, como en los viejos tiempos. Habíamos ido con Víctor, y él iba caliente: «voy a ver a estos viejos de mierda, que son unos blandos» y todo eso. Cuando empezaron a tocar, Ian Gillan y su banda, ni me acuerdo qué músicos trajo, el peludo (Víctor), empezó a saltar y a agitar como nadie, no lo podía creer. El sonido era muy fuerte, nos habíamos metido al lado del escenario, hizo que nos pegara realmente.
R!: – ¿Cómo fue la evolución del estilo de la banda?
LL: El crack, el quiebre de la banda fue cuando entró Víctor, ni que hablar. En el ’85 vino él, habíamos puesto un aviso en Meridiano Juvenil, y ahí cayó Víctor. Un poco más joven que nosotros, vino con unos cassettes, el «Kill ‘em All» de Metallica, y dijo «no muchachos, me encanta como suenan pero esto no». Ya teníamos unos temas que siguieron, por ejemplo “Autodestrucción”, “Prisionero”, y él vino, le puso letra y nos encantó la letra que le puso. Habían venido varios cantantes, pero nos quedamos con Víctor porque fue el que le puso las mejores letras a esos temas. Además de la imagen que tenía Víctor, con los pelos largos, como lo conoce todo el mundo.
LS: También tocamos en el Palermo Boxing Club, que ahí abajo estaba bravísimo para tocar. Tremendo toque fue ese, nunca habíamos tocado arriba de un ring, ahí ya estábamos con Diego (García). Estuvo buenísimo.
R!: – Y en el ’86 aparece Diego García.
LL: Sí, mi hermano se quería ir, y Diego empezó a venir a ensayar en casa, ya estaba la batería pronta, con toda la sala equipada. Empezamos con Diego y estuvimos un año y medio ensayando en mi casa, hasta que después nos mudamos para la casa de Diego en la calle Asencio. Ahí en el ’86 queda armada la formación que todo el mundo conoce (Víctor Rueda en voz, Luis Linfa en guitarras, Luis ‘Barbas’ Spósito en bajo y Diego García en batería), y arrancan las primeras grabaciones. “Autodestrucción” y “Prisionero” las habíamos grabado primero con mi hermano en el ’85. “Autodestrucción” fue el primer tema que llevamos al sello Orfeo, y Orfeo nos da para grabar en la primera Brigada Metálica, la que no salió, nos da horas de grabación y ahí en el año ’86 grabamos de nuevo “Autodestrucción” y “Prisionero” en Elvysur, con Ripoll que era el sonidista. Pero a Palacio de la Música no le gustó, lo descartaron, a Orfeo no le gustó como estaba y tenían razón, ni a nosotros nos gustó como estaba.
LS: Ese sonido acá no era muy escuchado, entonces los mismos sonidistas no daban con la tecla.
LL: Entonces eso quedó así y no les gustó. Asi que se suspendió la compilación, porque como nos pasó a nosotros les pasó a los demás grupos que habían estado en el proyecto. Después pasaron unos meses y nos dicen de hacerla de nuevo, de retomar la cosa, y entonces ahí fue que grabamos “El lugar de los Asuras”, lo grabamos nosotros por cuenta nuestra, se los presentamos y les encantó. Ahí nos dicen «vamos a grabarles dos temas», pero no grabamos “El Lugar de los Asuras”, sino que grabamos “Autodestrucción” de nuevo y “Eunucos”, que fue lo que quedó en Brigada Metálica cuando salió en el año ’89. Al año siguiente en el ’87, hicimos una especie de gira por Trinidad, Paysandú y Salto, que estuvo muy buena.
R!: – En agosto del ’88 entran a grabar lo que sería el disco «Reincarnation».
LL: Si hubiéramos grabado antes habría sido mejor. La línea habría sido la misma, el «Reincarnation» habría sido el mismo, si hubiera sido en el ’86 habría sido exactamente lo mismo, porque ya teníamos a Víctor, pero habríamos pegado un poquito antes todavía.
R!: – Entran a grabar y alguien les recomienda un técnico holandés.
LL: Pah, ahí llegó un holandés acá a Uruguay, Roland, era un misterio el tipo, como enganchamos a ese holandés por dios! Nos enganchó él a nosotros, pero después no sabía nada, nos cayó, compartimos las pizzas, los ensayos. El loco vino a Uruguay porque vio que había movida y pensó que esta podía ser una plaza para trabajar. Tenía una consolita Taskman, de cuatro canales, y andaba grabando demos a grupos. Cuando nosotros nos enteramos de eso, Diego que hablaba un poco de inglés habló con él y dijo «el tipo sabe, vamos a usarlo para grabar el disco». El pago corría por cuenta nuestra, no del sello.
R!: – ¿Cómo fue la selección de los temas para el disco?
LL: Tendríamos quince temas y dejamos ocho. Siempre hay un descarte para hacer, teníamos quince y grabamos la mitad, que era lo que nos propusimos. Arrancamos con el holandés y por suerte terminamos con el Quijada Mazzoni.
R!: – En medio de la grabación se escapan y hacen un recital en el Defensor Sporting, con Alvacast, Angkor Vat, Alto Voltaje, Paddok y los chilenos Massakre.
LL: Por ahí sí, el Defensor estuvo buenísimo. Los toques en aquel momento iban como mil personas, para nosotros era un montón de gente. Nosotros con esas mil personas nos daba para cubrir todos los gastos, pero nunca quedamos con un mango. El Defensor lo organizó Claudio Picerno, y el peruano (Luis D’Angelo, luego en Chopper), porque estaba el grupo de él, Alto Voltaje.
R!: – Cierran el ’88 en el Circo 1, con el disco ya grabado.
LL: Ese es el día que Víctor se prende fuego. Metimos explosiones por todos lados, con unas cargas tremendas. Me acuerdo que en una de las explosiones, que Víctor había puesto delante de la batería, como si fueran dos cuernos, eso explotó y salió mal, demasiado cargado, muy fuerte. Se retorcieron los fierros, explotó todo, los fierros salieron volando como 30 metros, ¿y le caen en la cabeza a quién? A Leo Masliah! Y le abren la cabeza, y viene el tipo sangrando, con el pañuelito, y dice «mirá esto, como arreglamos esto?». Hicimos toques por todos lados. Tratábamos de tocar por lo menos una vez por mes, organizando nosotros o yendo por invitaciones que venían de otros. Toques grandes como el Parque RockDo en el ’88 o más chicos como el del Boxing Club, que eran cosas que tratábamos de ir. El Parque RockDo fue grande por todo, era una lista interminable de grupos. Hicimos también en el ’89 un toque en el Cerro, el Montevideo Thrash & Metal ’89, con Sádica, Alto Voltaje, Angkor Vat, Dr. Jekyll de Argentina, ese estuvo muy bueno. En ese entonces empezamos a hacer toques en Argentina, la primera vez creo que ya estaba César Orengo.
R!: – Por esta época ustedes eran muy reconocidos por el público metalero, pero llegar fuera del metal no era nada fácil.
LL: Ni nos preocupábamos por eso. Nosotros cambiamos la cabeza después que entra Víctor al grupo, en un primer momento queríamos que el grupo fuera como Led Zeppelin, que trascendiera, que vendiera y que la gente lo escuchara. Después nos dimos cuenta de que estamos en Uruguay, por más que tuvieras un grupo popular, en esos momentos vivir de la música iba a ser imposible. Entonces nos plantemos hacer lo que nos gusta y ya está, para ir para afuera después. Lo que pasa es que cuando te comprás la guitarra, empezás a tocar y armaste, y ya te crees que sos el mejor grupo, no sos nada, pero lo que querés es tratar de venderlo. Después pasa el tiempo y te vas amalgamando, te vas adaptando y vas viendo la realidad, que es imposible. Entonces no me quemaba la cabeza tratar de llegarle a nadie, que venga el que venga y que nos escuche la gente que nos quiera escuchar. Coincidía que había mucha gente que nos quería escuchar, la radio que nos pasaba era la X y Meridiano Juvenil.
Después viene el Montevideo Deathrash I en el Club Colombes. Luego en Octubre vamos a tocar al Teatro Arlequines en Buenos Aires, y ahí debuta César Orengo. Lo cierto es que cuando grabamos el primer disco, el grupo que conocíamos era Metallica, después Megadeth y poco más. Para el segundo sí, ya estábamos con otra cabeza. La premisa era endurecer el sonido, hacerlo lo más agresivo posible. Cerramos el año ’89 en el Circo 2, que fue el último recital de César con nosotros. Después tocamos en el ’90 en un festival en el Teatro de Verano. No me acuerdo quién organizó ese toque, pero sé que le dijimos «vamos al festival y hacemos la presentación del disco». Después viene Pablo Minoli, que entró en el ’92 para grabar el segundo disco y hacer dos toques en Buenos Aires. Incluso cuando hacemos el Montevideo Deathrash III, en Obras Sanitarias -junio de 1992-, él todavía no tocaba.
R!: – Por esa época surge la posibilidad de traer a Sepultura a Uruguay.
LL: Sí, estaba todo firmado ya, con afiches hechos y todo. Fue un dolor bárbaro, porque el contrato que firmaron con Rock in Rio les impidió venir a Uruguay.
R!: – En 1992 anuncian la salida de un segundo LP llamado «Critical Confusion», que es el primer nombre que tiene lo que termina siendo «Motherfucker».
LL: Sí, dejamos “Critical Confusion” para uno de los temas nada más. El contrato con Orfeo era por un disco, por «Reincarnation», pero si después queríamos hacer algo con otra gente no había problema; no podíamos tocar «Reincarnation» por diez años. Para el segundo disco queríamos algo más conceptual, algo más integrado, buscábamos temas más largos, y eso fue lo que hicimos. Buscamos que cada tema tuviera su clima. La grabación la pagaba la gente del sello Thrash Attack, y fueron 20 horas contra 100 de «Reincarnation». La duración es más o menos la misma, fue un trabajo hecho bien a criterio. Ya habíamos incluido a Pablo Minoli, flor de guitarrista, era un uruguayo que vivía en Venezuela y había tenido bandas allá, se vino para acá porque sus padres volvieron y lo repatriaron. Lo conocimos y lo introdujimos en la banda, él estaba muy afín con la cosa cruda que estábamos haciendo nosotros. Después enseguida vienen los dos toques en Argentina, el 7 de agosto, en el Arlequines de Buenos Aires, con Schizophrenia, Perpetua y Thanator, y al otro día en Mar del Plata, y chau, lamentablemente se acabó el grupo. Salió el viaje de Diego para España, acá la banda no tenía grandes posibilidades de nada, ya había llegado al tope. Grabamos dos discos, no pasaba nada, el toque que habíamos hecho en Obras estuvo bien de gente, pero no perdimos ni ganamos nada, y ya se veía la escena muy desgastada. Sacamos el «Motherfucker» y no se vendió como esperábamos. Esperábamos que se vendiera más, y estaba ahí. Coincide con la crisis del 91-92, que fue una crisis como la del 2001; no trascendió tanto, pero fue crítica la situación: despidos por doquier, cerraron fábricas, fue durísimo para Uruguay.
R!: – ¿Cómo surgió la posibilidad de hacer estas reediciones?
LL: El año pasado (2015) empezamos a charlar con Gustavo Dell (guitarrista de Angkor Vat), hablando de la historia de las bandas, y me dice «sabés que conseguí un pibe que me digitalizó el material fílmico que tenía, las filmaciones de Angkor Vat», y me pasó el contacto, que es Federico de Pheretrum, a quien le di el material y lo hizo. Después Federico fue a Brasil a tocar y ahí conoció a Ader del sello Dies Irae, y Ader le preguntó por bandas uruguayas, y él le mencionó a Angkor Vat y a Graf Spee. Porque parece que el brasilero había venido acá en varias oportunidades a tratar de encontrar bandas uruguayas, pero el único contacto que tenía era con Picerno, y ahí no accedió a los datos de las bandas uruguayas. Creo que estas cosas, lo nuestro, lo de Ácido, lo de Angkor Vat, podría haber salido mucho antes; no sé si era mejor o peor, pero podría haber estado en la calle mucho antes.
REINCARNATION – Tema x Tema
1. Intro
La hizo Víctor en homenaje al barco, por eso todo el fondo que tiene de cañones y metralletas, un poco como imaginábamos nosotros la Batalla del Río de la Plata. No creo que haya sido nada que ver, pero en aquel momento había muy poca información sobre el Graf Spee, sólo te pasaban algo el 17 de Diciembre, el día que se hundió, y te pasaban pequeños documentales en el informativo, nada más. Pero toda la idea de la Intro ya estaba craneada desde antes de entrar al estudio.
2. Freedom
Es un tema que tuvo varios momentos y varias versiones, demoró mucho en quedar como quedó en el disco, anteriormente en los recitales en vivo el tema mantenía la letra, pero tenía otro formato. Habíamos hecho varias propuestas musicales diferentes, y al final dejamos esa.
3. Eunuchs
Lo habíamos grabado en el ’86 con la letra en español, cuando nos dieron la oportunidad de grabar para Brigada Metálica. Para «Reincarnation» lo grabamos en inglés, entonces al final en el mismo año ’89 sale la versión en inglés del disco y la versión en español de Brigada Metálica.
4. Reincarnation
Es un homenaje al barco por supuesto. Es una metáfora entre lo que le pasa a una persona y lo que le pasó al Graf Spee. Quisimos darle un toque en el medio, con una parte muy divagada, pero si escuchás la letra va acorde con lo que sería la muerte de una persona como metáfora de lo que le pasó al barco. Todo ese clima denso y raro responde a eso.
5. Perfidy (Instrumental)
Es un tema ‘hurtado’ diríamos, ya que tiene mucha influencia de un tema que estaba sonando hacía muchos años. En la película Jesus Christ Superstar, hay un tema que es muy parecido, y abiertamente se puede decir que tomamos mucha influencia de ahí. Por eso mismo le pusimos ‘perfidia’ como forma de aludir a una traición.
6. Kali-Yuga
Creo que es el tema más representativo de Graf Spee, por lo menos el que más se ha visto en Youtube. Un tema fuerte, rápido, no nos costó nada componerlo, nos encantó ese tema y se convirtió en una especie de muletilla del grupo, donde íbamos era un tema que siempre teníamos que tocar. Se repite la referencia al hinduísmo, igual que en «El Lugar de los Asuras» y en «Of the Three Gunas Tamas»; las letras las hacía todas Víctor y a él le gustaba mucho todo ese tipo de cultura, y particularmente la religión.
7. Of the Three Gunas Tamas
Hace un tiempo el grupo sueco Terrorama hizo el cover de ese tema, un homenaje precioso que nos hicieron. Estamos muy contentos de que los tipos se hayan puesto la camiseta, que hayan grabado el tema y mantenido todo, los tonos, el solo muy similar, la voz, es increíble, me encanta como está hecho.
8. Self Destruction
Era de los temas más conocidos entre el público. Como lo habíamos grabado para Brigada Metálica y conservábamos la pieza, le dimos difusión en las radios en aquel momento, en El Dorado y en CX 26, por eso el tema era conocido.
9. Patala Loca
También viene con una idea un poco hindú, es el tema cierre del álbum. De alguna manera había que cerrarlo y lo terminamos con «Patala Loca». Algo importante es que los temas fueron grabados en el orden en que aparecen en el disco, ya lo teníamos previsto ese orden, y también era el que usábamos en vivo. Cada vez que presentábamos el disco se hacía de esa forma, y para grabarlo lo hicimos igual. Ya estaba todo muy definido desde antes de entrar al estudio.
Formación: Víctor Rueda (vocales), Luis Linfa (guitarras), Luis ‘Barbas’ Sposito (bajo), Diego García (batería).
Grabado entre junio y agosto de 1988 en Estudios Elvysur, Montevideo.
Técnicos: Carlos Ghiringhelli, Luis Mazzoni, Jorge Ripoll, Ronald Anti.
Edición original: 1989 (cassette) / 1990 (vinilo), por el sello Orfeo.
MOTHERFUCKER – Tema x Tema
1. Mother Fucker
La introducción del tema es porte de Pablo Minoli, así como algunos solos muy destacados. Hoy en día escuchamos los temas y comentamos entre todos «¿Por qué le pusimos tantas partes?», pero en ese momento la idea era hacer eso así, salir de lo convencional y marcar una diferencia. No sé si estuvo bien o mal, pero lo hicimos.
2. Critical Confusion
Qué tema ese, es el tema más largo de la historia de Graf Spee (9min 18s). Refleja la confusión crítica que teníamos en ese momento. Si nos vamos, nos quedamos, si seguimos apostando al Uruguay o no apostamos más.
3. Mother
En este disco buscamos hacer un trabajo un poco más conceptual, algo que se saliera de lo que era convencional en los grupos de thrash y de death metal, que tenían temas de duración relativamente corta. Nosotros queríamos hacer otra cosa, que los temas fueran largos, densos, con mucho clima y con velocidad, pero todo en un mismo tema. Trasladando a otra cosa, que fuera de del estilo de una ópera o una sinfonía, algo que fuera más elaborado. Buscamos que cada tema tuviera su clima. Esta es una letra muy personal, muy vivencial. Todas las letras son de Víctor.
4. It Might Be Possible to Cause a Revolution?
Nos queda ahí la pregunta ¿es posible causar una revolución?
5. Bululu (Baby Song)
Una especie de licencia artística de Pablo Minoli. Pablo trajo esa locura y la quería incluir, ¿y por qué no? Le dijimos «dale tranquilo» y lo acompañamos. Salió algo diferente.
Formación: Víctor Rueda (vocales), Luis Linfa (guitarras), Pablo Minoli (guitarras), Luis ‘Barbas’ Sposito (bajo), Diego García (batería).
Grabado en julio de 1992 en Estudios IFU, Montevideo.
Técnico: Daniel Blanco.
Edición original: 1992 (cassette) por el sello Thrash Attack.
recuerdo la banda Graf Spee y conocí a Diego Gracia , trabaje para su mamá en una avícola que tenia la familia. Seria un gusto poder saludarlo.
Cuanto recuerdos .yo tambirn estuve en el palacio cuando toco ian guillan , dos por tres estaba arriba del escenario y chocamos las manos.lastima que seriamos 2000. Otro recuerdo y saludo al gordo garcia que estuvimos juntos tomando desp de un toque con innersactum creo que era.y otro recuerdo es el toque con masacre .dos de ellos se quedaron un par de dias en casa de amigos habian venido por ega en libertador y lima. Y por ultimo cuando fuimos con Victor a ver a iron maiden a afe.se pianta un lagrimon.saludos a los metaleros de los 80