Hace poco más de tres meses fue editado “Fuerte y Claro – Historia del Metal en Uruguay”, así que no dejamos pasar la oportunidad de conocer a su autor, Fernando Soria, para que nos cuente más al respecto.
Como antecedente, Fernando editó en 2015 la biografía oficial de Alcides Ghiggia, el último sobreviviente del Mundial de 1950. Sobre cómo nació el gusto por escribir nos comenta:
«Yo soy un tipo que está continuamente buscando proyectos, siempre tengo ideas, soy inquieto, quiero estar continuamente creando. Y bueno, con Ghiggia tenía una vinculación con él por ser hincha de Peñarol. Yo lo conocía, vivíamos en ciudades cercanas, y siempre me pregunté ¿por qué no tenía libro?. Ni siquiera un conocido periodista que era muy allegado a él le escribió un libro y bueno, le propuse hacerlo. Llegamos a un acuerdo y salió el primer y único libro que narra la vida de Ghiggia prácticamente en primera persona. Fue una experiencia muy linda, me copé con la escritura. Me gusta el fútbol, y me parecía que la temática y el proyecto estaba bueno porque era el único sobreviviente del mundial del 50».
RISE!: – Después del libro sobre Ghiggia, ¿cómo nace la idea de este nuevo trabajo?
Fernando Soria: Nace por un tema de seguir con esto de la literatura, porque descubrí una faceta que no conocía y me sentí capacitado para continuar. Independientemente a que es un trabajo, trato de escribir sobre temáticas que me gustan. Sentí que el metal uruguayo necesitaba un libro y me propuse la idea de hacerlo ya que dicho género me gusta, es la música que escucho y sigo, a pesar que como expreso en el libro, sería una falta de respeto considerarme cien por ciento metalero. Lo propuse a la editorial que en aquel momento pertenecía y no lo aceptó, no lo vio comercialmente viable por tratarse de la temática metal, así que golpeé puertas, hablé con editores, explicaba uno por uno por qué el metal nacional es bueno y se merecía un libro hasta que di con uno que le copó la idea, Joaquín Otero de Ediciones B, y bueno, le gustó, avanzamos, y listo. Fijamos un plazo para hacerlo, se concretó, y hoy en día es una realidad.
R!: – ¿Qué plazo te dio?
FS: Un plazo de un año aproximadamente pero nunca bajo presión, a pesar que uno entiende que hay fechas de lanzamientos y trata de ajustarse a ellas.
R!: – ¿Qué le gustó al editor de la idea de escribir este libro?
FS: Le gustó la idea, justamente, de que el metal no tenía precedentes en la literatura de acá, porque es como la “oveja negra” del rock nacional y los libros que hablan del rock nacional, directamente lo discriminan, o hablan muy escaso del metal. Él quería que se dedicara un libro cien por ciento al metal como pasa en Chile, que incluso hay dos tomos del libro sobre el metal chileno. Lo vio viable, y ahí avanzamos con el libro para que hoy en día sea el primero que narra sobre el metal uruguayo, con excepción de una pequeña introducción que habla un poco a nivel global en el error y en el acierto ya que la historia es muy amplia. Y ojo, nuestro objetivo nunca fue tener la etiqueta de pioneros independientemente a que así fue. Nuestra intención siempre fue aportar nuestro granito de arena a la escena mediante un libro. Algunos aportan con discos, otros temas, otros con boliches temáticos. A nosotros nos gustó la idea de que un flaco que escucha metal pudiera aportar lo suyo mediante la literatura y ese siempre fue nuestro objetivo. Un libro de alguien que escucha metal nacional y no necesariamente es catedrático en la materia.
R!: – ¿Qué criterios usaste para elegir a quienes entrevistar, de qué hablar, de qué no?
FS: En principio por vinculación, por amistad, por conocidos en la escena. Después empecé “de atrevido” a recabar información sobre las bandas y sobre sus protagonistas. Busqué en portales, sitios oficiales de las bandas en redes sociales, webs oficiales y hasta consulté sitios que muchos cuestionan no se deberían consultar. Pero lo cierto es que en el libro nombro fuentes que solamente obtuve información sobre alguna fecha concreta o nombre de disco (dos de todas las nombradas). A mí no me aportaba nada nombrar algunas fuentes al final del libro, pero uno como escritor se siente en la obligación moral de nombrar a cada una de las fuentes consultadas.
Traté de buscar lo más coherente, lo más razonable para conformar una historia en un libro que obviamente tiene faltantes porque no se puede hacer una enciclopedia. Sé que faltan protagonistas, sé que faltan historias, sé que falta gente que estuvo y está en la escena desde el comienzo, pero de verdad no podía abarcar todo.
R!: – ¿Tuviste alguna limitación de parte de la editorial en cuanto al número de páginas?
FS: Si. Tuve la limitación a pesar de que no era rigurosa de unos determinados caracteres que ahora no recuerdo bien cuantos eran. Todo es por un tema de precio de venta, lo cual es razonable. No podíamos hacer un libro que superara las 400 páginas, porque sino los costos se irían muy arriba. Tratamos (con la editorial) de que el precio de venta fuera medianamente accesible para no transformarlo en un material costoso y eso va de la mano del cuerpo que tenga el libro. Dicho sea de paso, eso hace más escueta la posibilidad de agregar algunas historias o bandas que faltaron.
R!: – ¿Por qué no se incluyen fotos en el libro?
FS: La idea surge del editor que viajó al exterior y compró el libro “La Historia del Heavy Metal” de Andrew O’Neill, y me dijo que ese libro no tiene fotografías. Entonces me planteó el hacerlo así para darle un toque de seriedad. Luego de haberle mandado una carpeta con casi 120 fotos, le digo “¿te parece?”, pero insistió con que así le daríamos ese toque de seriedad que creía conveniente, y que en el metal, las fotografías son lo de menos. Y bueno, encaramos de esa manera y no hay fotografías por eso, por tomar como ejemplo uno de los libros que habla mundialmente del metal. No le veo nada malo, al contrario, muchos elogiaron esa iniciativa.
R!: – ¿Por qué el título?
FS: “Fuerte y claro” es justamente porque el metal nacional llegó para quedarse y grita fuerte y claro lo que está diciendo. Es un libro que habla sobre eso, sobre el metal que en una escena tan reducida se escucha fuerte y claro el mensaje que quiere dar, y el título del libro es una especie de “grito de guerra” del género, que es una música que quiere dejar un mensaje bastante claro, y para complementar se escucha musicalmente fuerte. Algo entreverado lo que dije lo sé, pero creo que la idea y sobre todo el mensaje se entiende.
R!: – ¿El libro está más dirigido al metalero que al no metalero?
FS: Cuando lo pensamos con la editorial, el libro estaba dirigido al “metalero” independientemente a no tener intenciones de etiquetar, ya que siempre será una cuestión definir “¿Qué es ser metalero o metalera?» Digamos mejor, que apuntamos a toda persona que escucha el género. Ahora, si alguien quiere interiorizarse con esta escena, bienvenido sea. Porque de eso se trata, de recibir a toda persona que quiera conocer esta música ya que siempre consideré que la música debe unir. Aquel que utiliza la música para separar, no entendió nada. Es un libro de música nacional, de música uruguaya, de un género que existe, y que fue discriminado muchísimos años en la literatura. Hoy en día hay un libro que cuenta parte de la historia y aquel que se quiera interesar, independientemente que le guste o no el género, tiene un documento para interiorizarse.
También quiero aclarar que hay un listado de bandas, que obviamente puede haber grandes ausencias. No fue con intención, sino que es que hay tantas bandas en Uruguay, y traté de recoger la mayor cantidad posible. Somos el segundo país con mayor número de bandas per cápita en Sudamérica, el primero es Chile, entonces, algunas pudieron haber ausentado, pero no fue con intención.
R!: – ¿Cómo está estructurado el libro?
FS: En principio, se intentó darle una leve introducción al metal en general, hablando de los inicios globalmente, con Black Sabbath, Judas Priest, etc., y lo que fue la oleada del metal en los años 80s independientemente a que no soy seguidor de esas bandas y de esos años del metal. Fue todo armado a base de información global (el primer capítulo), la cual es mucha y hasta existen contradicciones. Después recién introducimos al metal uruguayo que arranca con Ácido (así está plasmado en el libro ya que sus protagonistas así lo afirman). Se armó desde las primeras bandas hasta las más actuales no necesariamente en orden cronológico a pesar que fue una tímida idea. Ácido, Alvacast, Chopper hasta Reytoro, Herrumbre y Cuchilla Grande que en la actualidad son más “reconocidas” por así decirlo a pesar que tienen varios años de trayectoria.
Se trató también de no dejar afuera a quienes difunden la escena, al lado femenino de la escena, al metalero en general. Se buscó en el libro que estén involucrados todos, desde la gente que va a ver el metal a los que lo difunden, porque esta escena crece y se supera a base de los que suman, de los que aportan, no de los que restan y quieren un metal dividido y conflictivo. Yo lo hice humildemente con un libro, frecuentando toques, comprando remeras o discos, otros lo hacen de otra manera y eso ya los involucra con la escena, lo cual está bueno. Siempre va a ser bueno que la escena tenga gente que la quiera saludable y gaste su energía intentando hacerla crecer.
R!: – ¿Qué podés decirnos sobre el arte de tapa y la tipografía usada?
FS: La tipografía es muy conocida por Iron Maiden. Se buscó identificar al metal. Simplemente con ver la tipografía, creo que te rompe la vista saber que estamos hablando de metal. Y después, hubo diferentes variantes de tapa, que en conjunto con la editorial íbamos analizando. En principio buscábamos una tapa que saliera de lo común, gente con un cuchillo de metal, gente haciendo metal (elemento químico), pero finalmente nos pareció que deberíamos ir a lo básico y visualmente conocido. Luego me enviaron diferentes bocetos, de gente con guitarras entre otras opciones, y me parece que como Dio identificó la “Mano Cornuta” con el metal, creí que lo más correcto era identificarlo con eso. Dentro de las opciones que me planteó la editorial, fue sin dudarlo la elegida.
R!: – ¿Durante el proceso, te sacaste el gusto de conocer o entrevistar a alguien en particular?
FS: Tenía mucha curiosidad de dialogar con Daniel Renna por ejemplo, manager de Chopper y conocido periodista de la escena. Muy accesible, muy buena onda. Intercambiamos correos ya que está viviendo en Barcelona. Le envié el capítulo donde se lo nombra a él y su banda, y él gentilmente corrigió los detalles y me envió los textos con cosas puntuales para modificar sobre lo que él obviamente creía conveniente, y fue más que respetado. Mucha predisposición de su parte.
Y bueno, conocí mediante diferentes formas de contacto a gente que ya conocía de nombre de la escena como a “Perro” y Varo de Acido, entre otros. Betina de Nameless re buena onda. Norberto Arriola que es un fenómeno y trabajó duro para el capítulo del “Rey”. Mucha gente buena onda, con ganas de ayudar y aportar sus conocimientos que es lo que debería primar en la escena metalera uruguaya.
R!: – ¿Al momento de compaginar, de armar este rompecabezas, quedó mucho material afuera?
FS: Sí, como te decía, quedó muchísimo material afuera; Bandas, protagonistas, gente vinculada a la escena, historias por demás interesantes, e inclusive la editorial optó por sacar un capítulo completo, por un tema que era muy agresivo y podía caer mal a la opinión pública.
R!: – ¿Se puede decir de qué?
FS: Sí. Atacaba mucho al sistema y por tal motivo decidieron que el libro no podía arrancar con algo tan agresivo para el lector, entonces optó por sacar un capítulo de quizás 25 páginas. Hoy en día considero que fue una muy buena decisión.
R!: – Luego de aproximadamente un mes de lanzado, hubo muchos comentarios a favor y también muchas críticas. ¿Cómo las tomaste?
FS: Bien, los comentarios a favor, halagadores, realmente fueron muchísimos y los rescato como algo positivo, y bueno, los comentarios negativos, se reciben de buena manera. Sería hipócrita si creyera que lo que yo hago va a caerle a todo el mundo bien. Me parece que está bueno que critiquen negativamente para aprender de mis errores, nadie es perfecto, supongo. Yo soy un tipo que siempre aprende de los errores, estoy continuamente aprendiendo, no me creo el dueño de la verdad por suerte. Es parte del juego que te critiquen algo de carácter público, y está bueno cuando es con fundamento y siempre que sea con respeto. Como que es la esencia del uruguayo, siempre hay algo que criticar en todo. ¿Escribís un libro de metal y no te gusta Black Sabbath? Y bueno, el libro apunta básicamente al metal uruguayo, las críticas son en un noventa y cinco por ciento referidas al primer capítulo (que habla del metal mundial). No soy catedrático, pero tampoco creo sea un impedimento para escribir sobre la música que escucho. Pero las críticas son bienvenidas, porque insisto, yo soy un tipo abierto a aprender. No obstante, hubo muchísima gente que me hizo llegar sus felicitaciones y fue gente muy conocida y respetada en la escena. La verdad debo reconocer que fueron más las buenas críticas que las malas, pero hay de todo.
R!: – Capaz que fue muy ambicioso poner en el título “Historia del metal en Uruguay”…
FS: Sí, posiblemente. Eso fue una decisión de la editorial, y no les dije que no. No me pareció tan apocalíptico porque en principio, es como te digo, no es que sea la historia cien por ciento porque hay muchísimos faltantes, pero no se puede incluir todo. Tenía plazos, no puedo entrevistar a todos. Si bien la escena es chica, hay muchísimos protagonistas, pero si me pongo a entrevistar a todos, y encima, esos todos se contradicen como me pasó con algunos de los entrevistados, no llegaba más nunca a hacer el libro. Justamente, uno de los libros que se titula “La historia del Heavy Metal” (mundialmente hablando) tiene menos páginas que el mío que habla solo del metal uruguayo, y así y todo le pusieron “historia”. Ningún libro de historia cuenta el cien por ciento de los detalles de un hecho y si bien es ambicioso utilizar esa palabra, creo que tampoco es para dramatizar.
R!: – ¿Esperabas tantas críticas negativas?
FS: Es que en porcentaje no son tantas, de verdad. Tengo entendido que muchos de los que criticaron negativamente el material ni siquiera lo leyeron. Reitero, aquel que lo leyó y generó una opinión personal y no le gustó, es entendible. Si no le gustó, no le gustó. Insisto que el libro se hizo para aportar a la escena en el acierto y el error. Algunos lo critican y otros lo elogian. Si todo esto generado sirve para que vengan decenas de libros más sobre el metal, ¡genial!, yo en lo personal me voy a poner muy contento. Sería tonto de mi parte darle para atrás a algo que quiere aportar al metal, que lo quiere hacer crecer. Y si se equivoca según mi punto de vista ya que reitero ni ahí de ser el dueño de la verdad: “Che, me parece que le erraste en tal cosa, pero vamo’ arriba y felicitaciones”. Daré mi punto de vista pero ni ahí voy a exigirle que mi versión la tome como la pura verdad porque sería soberbio de mi parte. Simplemente sería nada más un punto de vista de los tantos que recibirá. Ojo, ese es mi pensamiento, mi forma de ver las cosas, no pretendo que todos piensen igual. Aunque pensar positivamente, apoyar a quienes hacen algo desde su lugar, algo por el género, estoy convencido que ayudaría mucho a la escena.
R!: – ¿Luego de terminado tu trabajo, qué conclusión sacás sobre la escena local, o mejor dicho de las bandas locales en cuanto al tamaño y trascendencia? ¿Estamos donde nos merecemos estar? ¿Hubo alguna banda que pudo haber llegado más lejos?
FS: En cuanto a las bandas, me parece que vienen en una creciente importante. Hoy en día estamos hablando de que Reytoro tocó en un importante festival en México, Crystal Gates en Perú. La escena como que se está expandiendo un poquito más a otros terrenos, lo cual también es raro de ver, porque es una escena muy under. Ver bandas que trascienden, es raro verlo, pero a la misma vez está bueno. A mi me emocionó ver por ejemplo a Reytoro compartiendo cartel con System of a Down, con Slayer, pero no es que me haya sorprendido, el metal uruguayo está en constante crecimiento artístico y esto recién empieza.
R!: – En cuanto al tamaño de la escena, ¿te parece que estamos bien, o podríamos ser más?
FS: Como poder ser más se puede, siempre y cuando esa gente aporte y sume desde su lugar. De nada sirve tener más gente si las intenciones son dividir la escena local. Estoy convencido que sí hay que darle la bienvenida a nuevas generaciones, a nuevas personas que quieren interiorizarse con el metal nacional. Hoy en día parece pecado que nuevas personas se quieran arrimar al metal, realmente no lo entiendo. Debería ser lo contrario, debería ser bien recibido que más gente quiera escuchar metal nacional.
R!: – Creo que coincidiremos que la escena local es muy cambiante: De aqui a 5 años, lo más probable es que de las bandas que existen hoy un gran porcentaje no exista más, lo que no quiere decir que los músicos no sigan tocando en otras. Las bandas se arman y desarman muy rápido. ¿A qué crees que se debe?
FS: Se debe justamente a que es una escena muy precaria en cuanto a difusión, en cuanto a apoyo. Las bandas más under se tienen que costear los traslados, las amplificaciones, los afiches, y creo que llega un momento que el cuerpo y la billetera no resisten. Bandas que tienen más marketing como la antes mencionada Reytoro, Herrumbre, etc., son bandas que por ahí venden más entradas, tampoco masivamente porque a veces es complicado, pero venden y supongo se podrán costear ciertos gastos. Cobran un cachet, organizan sus propios shows. Hay bandas muy… no sé si llamarlas amateur porque sería una falta de respeto, ya que los considero a todos profesionales, que en cada rincón del país ponen de su bolsillo para alquilar una camioneta, el sonido, etc. Yo creo que eso llega un momento que te desgasta, y lamentablemente la gente no apoya esas iniciativas (considerando que hay gente que sí lo hace), y eso es lo que lleva a la quiebra de una banda según mi humilde opinión.
R!: – Con esto último en mente: ¿Cómo la ves para escribir una segunda parte en 5 o 10 años? (risas)
FS: Si me preguntas, no, realmente (risas). Ojalá se pudiera escribir un segundo tomo por la cantidad de personas, protagonistas y bandas que faltaron, pero posiblemente no sea yo quien lo haga ya que con “Fuerte y Claro” cerré esa etapa con el metal en cuanto a la literatura, más allá de que estoy con otros proyectos en mente, pero nada tienen que ver con esta temática. Soy escritor, no necesariamente de una sola temática y como te decía al principio, estoy constantemente pensando en nuevos y diferentes proyectos.
R!: – ¿Qué le decís a las personas que de repente tienen la idea de escribir un libro así, y no lo hicieron?
FS: Que lo hagan. Que lo intenten, que insistan y golpeen puertas. Es una temática que no a todas las editoriales les copa pero la perseverancia es el camino. Hay mucha gente capacitada para escribir un libro. Obviamente no es tarea de “soplar y hacer botellas” pero insisto que si mi libro fue una puerta para que lleguen muchos libros más sobre el tema, brindo por ello. Sería muy escueto de mi parte no celebrar este tipo de iniciativa que obviamente suman al género.
R!: – Por ahí se ha dicho que hiciste el libro pensando en un rédito…
FS: El escribir es un arte a pesar que algunos no lo consideran así. Muchos piensan que es sentarse frente a una computadora y escribir como quien arma un curriculum. Tenés que cranear cómo lo vas a escribir, que quede lindo armado, contextual, y no es fácil. Borrar, volver a escribir toda una página, errores de tipeo que a veces pasan por alto y se reflejan en el libro después de editado, no es sencillo. Es una tarea que te roba horas, te roba días de sueño, alejarte de tu familia, de tus seres queridos, de tus amigos, y todo por aportar algo. El rédito económico es prácticamente nulo, y hasta a veces perdés si pones en una balanza todo lo que conlleva crear un libro. Bienvenido el rédito económico cuando aparece, todos laburamos por el vil metal, pero no lo hice con la idea de hacerme millonario siendo que en esta profesión no se puede, por lo menos en Uruguay. La gente se confunde y muchos piensan que es rentable escribir y están totalmente equivocados. ¿Tiene su recompensa? Sí, es un “premio” por así llamarlo a todo el trabajo que te tomaste en hacerlo. Es como cuando un músico saca un disco, en principio está el amor por el arte, después viene lo económico y se debe a que alguien compró ese material, ese laburo, esas horas de ensayo, cada instrumento que se averió y tuviste que reponer. Es más por amor al arte de escribir, por aportar a la cultura, a la música nacional y sobre todo a la escena, básicamente eso, lo hice más desde el lado del “hincha” futbolísticamente hablando, que por tener algún tipo de ganancia, pero es difícil de hacerlo entender.
R!: – ¿Algo más que quieras agregar?
FS: Agradecerles a ustedes por la buena onda. De verdad entendieron el objetivo de este libro y eso es re valorable. También agradecerle a cada uno que se tomó la molestia de adquirir el libro y para cerrar agradecerle a todas aquellas personas que suman, a quienes cooperan con la escena desde su lugar porque gracias a todas las personas que aportan y no restan, el metal nacional en medio de la oscuridad, brilla con luz propia.
Datos Extra:
Donde se consigue: Librerías en todo el país
Editorial: Ediciones B
Páginas: 346
Tamaño: 15 x 23
Tiraje: 1000 ejemplares
Precio: $ 590