Uno de los festivales más importantes del mundo en lo que tiene que ver con la escena gótica e industrial es, sin lugar a dudas, el M’era Luna, el cual se realiza desde el año 2000 en Alemania. Unas 20.000 personas acuden año tras año al autodefinido festival más oscuro sobre la Tierra, y en la edición 2017, RISE! tuvo la oportunidad de estar presente como único medio uruguayo acreditado a este evento en toda su historia.
Sábado 12 de Agosto de 2017
La mañana del Sábado 12 de Agosto se presentó nublada en la ciudad de Hildesheim, en la cual desde el día anterior ya se podían vislumbrar varios visitantes con atuendos acordes a lo que era para muchos el fin de semana más esperado del año con algunos de los mejores exponentes de la cultura gótica, principalmente de la escena musical, pero también de la moda alternativa, incluyendo desfiles donde algunas de las modelos más representativas exhibirían todo tipo de vestimenta y accesorios. Un bus contratado por el propio festival se encargó de acercarnos hasta las inmediaciones del aeropuerto donde se lleva a cabo el evento y desde allí nos dirigimos hacia la entrada del mismo, siendo interceptados en el camino por un par de personas religiosas que ofrecían biblias, algo que también había ocurrido una semana antes en los alrededores del área donde se realiza el Wacken Open Air. Sí, suena como algo del pasado, pero en algunas ocasiones sigue sucediendo aún hoy en el 2017.
Si hay algo que caracteriza a este festival es el cuidado de la imagen del público que asiste, y por supuesto eso es lo primero que llama la atención al ingresar al predio, donde se puede apreciar gente de todas las edades, desde adolescentes hasta adultos de alrededor de sesenta años, ya sea con maquillaje y vestimenta gótica tradicional o estética más acorde al estilo steampunk, cybergoth y el resto de las ramas que ofrece esta escena; en algunos casos con una producción que claramente tomó varias horas en ser realizada.
Recorriendo el área, uno encuentra una cantidad de stands con variedad de gastronomía y mucho merchandising acorde al estilo, incluyendo revistas, libros, discos y dvd’s, pero principalmente ropa y accesorios de todo tipo que van desde candelabros y tazas con motivos oscuros hasta bolsos con forma de ataúd. Las principales tiendas y marcas dedicadas a la moda alternativa están allí presentes, así como también un montón de diseñadores que se encuentran en una gran carpa en la cual exhiben su arte. Se trata de una sección denominada Gothic Fashion Town, por lo que es prácticamente un paraíso para quien gusta de este tipo de material.
El M’era Luna también cuenta con un área medieval, en la cual esperan más stands con comida, ropa y accesorios acordes a esa era de la historia, lo cual cobra más sentido aún si tenemos en cuenta que a lo largo de la historia del festival se han presentado varias bandas cuya influencia medieval es innegable. Este año el festival ofreció además charlas dictadas por el forense Mark Benecke, el fotógrafo Gerald Axelrod y la modelo Anja Mensch, en lo que dieron a conocer como la M’era Luna Academy, ampliando aún más el espectro de actividades.
Pasando a lo estrictamente musical, el predio se divide en dos escenarios, con el principal ubicado al aire libre y el secundario dentro de un hangar, garantizando de esta manera que no haya un instante sin música durante toda la jornada, desde el mediodía hasta la medianoche.
Cuando nos acercamos al escenario principal y con el clima aún inestable (alternándose entre la lluvia y el sol), la banda alemana Ost+Front comenzaba su presentación, ofreciendo una propuesta Industrial que recuerda mucho a sus compatriotas Rammstein, con tintes más góticos y una estética distinta, pero con el mismo componente de shock. Los comandados por Patrick Lange, más conocido por su nombre artístico Herrmann Ostfront, dieron un interesante show en el que recorrieron parte de su discografía de tres álbumes: «Ave Maria» (2012), «Olympia» (2014) y «Ultra» (2016).
Luego era turno de ver otra de esas bandas que difícilmente puedan verse fuera de Europa como lo es Feuerschwanz, quienes están completamente abocados a la época medieval tanto en lo musical como en lo visual, con letras en alemán y una discografía de siete producciones en su haber. Los provenientes de la ciudad de Erlangen brindaron un show muy entretenido que incluso contagió a algunas parejas a bailar con sus melodías, algo que definitivamente no acostumbramos a presenciar por estos lados.
Los ya legendarios Project Pitchfork dijeron presente una vez más en el M’era Luna con su electrónica oscura, por lo que lógicamente mucha gente se acercó hasta el escenario. Los originarios de Hamburgo nos complacieron con doce temas elegidos de su extensa discografía, incluyendo clásicos como «Timekiller» y «Rain», alternándolos con material más reciente como la melódica «Volcano» de su último trabajo «Look Up, I’m Down Here» (2016). «Onyx» y «Blood-Thirst» marcaron el final de un show muy disfrutable, lo cual pudo ser comprobado en los rostros de sus fans más acérrimos.
Mientras lentamente se producía el atardecer de la primera jornada, un mayor porcentaje de público se acercaba al escenario principal para ser testigo de la performance de Subway to Sally, banda formada en 1990 y que cuenta con gran cantidad de adeptos, principalmente en su Alemania natal. Su Folk Metal con influencias de la música medieval y elementos del Gothic Metal ha sido desde siempre una fórmula infalible para conquistar seguidores y este festival no fue la excepción, más aún teniendo en cuenta que «Walpurgisnacht» y el clásico «Sieben», la más esperada a nivel personal, fueron parte del setlist.
Los reyes de la música industrial KMFDM tuvieron su lugar en el hangar del M’era Luna, siendo esta la primera vez que podía verlos en vivo en sus 33 años de trayectoria. Sascha Konietzko y su esposa Lucia Cifarelli nos deleitaron con tracks que invitaban al público tanto a hacer headbanging como a moverse, siendo secundados por dos guitarristas y un baterista, garantizando de esta manera la potencia que requieren temas como «A Drug Against War», «WWIII», «Hau Ruck» y los nuevos «Hell Yeah» y «Your Goverment Hates You», de su disco del mismo nombre editado días después del festival.
Ya de nuevo en el escenario principal, los también locales ASP, liderados por el vocalista Alexander F. Spreng (apodado Asp), volvían a pisar el suelo de Hildesheim, algo a lo que están acostumbrados ya que son invitados muy seguido por los organizadores del festival. La banda de Gothic Metal salió a escena contagiando a la audiencia de inmediato con «Kokon», pero para cuando el tema terminó, ya estábamos en presencia de una lluvia torrencial que provocó un corte de energía en el escenario, lo que trajo varias dudas sobre la continuidad del evento debido a que los minutos pasaban y el show no se reanudaba. Al cabo de algo más de veinte minutos, y aunque la lluvia no cesaba, la iluminación regresó al escenario y la pantalla gigante volvió a encenderse, lo que significaba que el show continuaba y de qué manera! ASP atacó con un temazo como «Wechselbalg» de su disco «Fremd» editado en 2011, para luego continuar con un repertorio compuesto en su mayoría por material antiguo, incluyendo «Zaubererbruder», donde el líder de Subway to Sally, Eric Fish, subió para interpretar el tema al igual que lo hace en el disco del mismo nombre lanzado en 2008.
Con unos cuantos minutos de retraso respecto a la hora pactada y ya con la lluvia habiéndose disipado, el cierre de la noche llegó con Korn, quienes se presentaron por primera vez en la historia del M’era Luna, tocando para un público diferente al que están acostumbrados. El vocalista Jonathan Davis hizo referencia a este detalle, declarando además que «es genial estar compartiendo escenario con algunas grandes bandas industriales alemanas». Con un gran juego de luces que se adaptó a la perfección a las necesidades de cada tema, los pioneros del Nu Metal entregaron un show brillante mechando tres cortes («Rotting In Vain», «Insane» y «Black Is The Soul») de su aclamado nuevo trabajo «The Serenity of Suffering» (2016) con clásicos atemporales. Así pasaron «Falling Away From Me», «Here To Stay», «Y’all Want a Single», «Got The Life», «Coming Undone» y «Make Me Bad», una tras otra, mostrándose muy sólidos y cómodos en escena, algo que sin dudas se ha potenciado desde el regreso de Brian «Head» Welch a la guitarra en 2013. También hubo lugar para «Shoots and Ladders» de su gran primer disco homónimo, con gaita incluida, y hasta se despacharon con «Twist», la introducción de «Life Is Peachy» (1996) donde Davis hace uso del Scat, la técnica vocal originaria del jazz.
Más allá del retraso inicial, la banda iba a realizar el set completo para el deleite de todos, y así llegaron los bises con «4U» y tres himnos más como lo son «Blind», «Somebody Someone» y «Freak on a Leash» para poner fin a la primera jornada de la mejor manera posible.
Domingo 13 de Agosto de 2017
Luego de recobrar energías como consecuencia de un sueño reparador, el amanecer del segundo día en Hildesheim nos recibía con un sol radiante, y poco antes del mediodía ya comenzaban a sucederse los primeros shows de la jornada. Uno que generaba expectativa era el de Schwarzer Engel, quienes tocaban en el escenario principal. Mientras sonaba la intro «Es öffnen sich die Tore…» de su más reciente producción «Imperium II: Titania» (2016), Vincent Hübsch y Timo Joos (guitarras), Bert Oeler (bajo) y Carlo Schmidt (batería) aparecieron en escena para ejecutar «Schwarzkant», siendo el vocalista y líder del proyecto, Dave Jason, el último en pisar el escenario.
En su tercera aparición en el festival, el «ángel negro» optó por realizar siete temas, en donde Jason destacó por su amplio rango vocal, manejando con creces los distintos climas que los temas presentan, pasando desde la voz operística oscura a los gritos, con una base sólida por parte del resto de la banda y las pistas grabadas que contribuyen al elemento sinfónico que tanto gusta a sus fans.
Una de las agrupaciones que se llevó más aplausos en esta jornada fue Darkhaus. Los oriundos de Escocia son dueños de un estilo que cautiva a la audiencia con melodías que pueden ser heavies o suaves, pero siempre con fuerte carga emotiva, característica que adquieren las letras también. Comenzaron su presentación con la ganchera «All Or Nothing» de su más reciente material titulado «When Sparks Ignite» (2016) para continuar con «Grace Divine» de corte más rockero. Los riffs más pesados llegaron con «Providence», mientras que con el single «Ghost», la audiencia fue protagonista moviendo los brazos al unísono. El balance entre lo pesado y lo emotivo fue fundamental en su repertorio, y así es como enseguida se despacharon con el himno «Hour of Need» donde ahora el público pasaba a gritar la letra con toda su fuerza. Una banda con mucha energía y sin dudas muy recomendable de ver en vivo.
A continuación, el hangar nos esperaba con un ambiente distinto pero igual de festivo. Es que allí se presentaba Tyske Ludder, quienes desde 1989 y de la mano de sus fundadores Claus Albers y Olaf Reimers, vienen haciendo mover a su audiencia con su sonido que claramente tiene su raíz en la música industrial, pero al que le han ido añadiendo influencias Electro. El recinto estaba prácticamente colmado y los presentes disfrutaron con la violencia sonora proveniente de cortes como «Der Androgyne Held», «Bambule» o el cover de «Panzer», original de la banda Jesus and the Gurus, a la cual perteneció su percusionista Soli Szabó-Hauer anteriormente.
De regreso al escenario principal, Megaherz, una de las bandas pioneras del sonido conocido como «Neue Deutsche Härte» decía presente con un show teatral que acompaña a su explosiva carga de música industrial. La banda formada por el vocalista Alexander «Lex» Wohnhaas, los guitarristas Christian «X-ti» Bystron y Christoph «Chris» Klinke, el bajista Werner «Wenz» Weninger y el baterista Jürgen «Bam» Whieler, dio rienda suelta a su set con dos temas de su más reciente producción «Zombieland» (2014). Continuaron con un corte más tranquilo como «Glorreiche Zeiten» y la balada «Für Immer». Pero el punto más alto de su presentación vino de la mano de «Miststück» de su álbum «Totgesagte Leben Länger» (2009) y «Jagdzeit» de «Götterdämmerung» (2012), donde la multitud coreó la letra a todo pulmón. Con las palabras de su vocalista dedicadas al festival y a su público, el quinteto se despidió ante una eufórica audiencia que quería más.
El legendario dúo danés Leaether Strip no dejó cuerpo quieto en el hangar desde el vamos con «I Am Your Conscience». Kurt Grünewald Hansen en teclados y el vocalista Claus Larsen, quien inició este proyecto de EBM allá por 1988, fueron ovacionados por la multitud, especialmente en temas como la pegadiza «Body Machine Body», «Evil Speaks», la oscura y melódica «Strap Me Down» y «Japanese Bodies», la cual escogieron para cerrar su presentación.
Uno de los shows más prometedores de esta segunda jornada era el de los norteamericanos The Crüxshadows, quienes eran esperados por una gran multitud frente al escenario principal. Desde 1993 la banda liderada por el vocalista Rogue ha ocupado un lugar muy importante dentro del circuito gótico tanto en locales under como en los festivales más importantes del género alrededor del mundo. Rachel Whitford en guitarra, Jen «Pyromantic» Jawidzik en sintetizadores, Johanna Moresco y David Russell Wood en violines y Jessica Lackey en percusión complementan a Rogue, logrando una fusión entre el Goth y el Synth muy apreciada por sus seguidores. La banda acaba de lanzar «Astomythology», su séptimo álbum de estudio, razón por la cual tocaron algunos de los temas incluidos en el mismo como «Singularities», «Of Angels», la dramática «Jupiter» y el single «Helios», con el vocalista interactuando con el público en todo momento, incluso bajando del escenario para dar la mano directamente a los fans que se encontraban en las primeras filas. Por supuesto que no faltaron los himnos como «Birthday», donde Rogue trepó por los andamios en un costado del escenario, «Winter Bitterness», «Valkyrie», lanzado en 2011, cerrando con el clásico «Marilyn, My Bitterness» y superando las expectativas generadas.
Una banda completamente desconocida por estos lados, pero que en Alemania ha ingresado incluso en los charts locales es Mono Inc. Formados en el año 2000 en Hamburgo, su combinación de rock alternativo con orquestaciones, melodías pegadizas y un toque gótico han sido la clave para ello. Pero también lo han sido sus shows en vivo y la conexión con la audiencia, algo que pude comprobar viéndolos por primera vez; gritaban, coreaban y movían sus brazos siguiendo las indicaciones del frontman Martin Engler. Clásicos como «Gothic Queen», «Arabia» y la genial y recomendable «Children of the Dark» de su disco «Together Till The End» (2017) fueron parte de la fiesta, la cual también incluyó «After The War», el cover de Gary Moore, dejando en claro su postura anti-guerra. La despedida llegó con «Get Some Sleep» y acto seguido nos dirigimos nuevamente hacia el escenario dentro del hangar donde los históricos Front Line Assembly darían lecciones de cómo hacer EBM y música industrial.
Toda su experiencia y talento respaldados por una trayectoria de más de treinta años en la escena estuvieron a la orden del día como era de esperarse, esta vez dejando las guitarras de lado, pero con mucho material antiguo que hace tiempo la banda no reproducía en vivo, lo cual se convertía en una atracción mayor y una cita imperdible para los seguidores.
Abrieron con «Resist» de su disco «Caustic Grip» (1990), y desde allí sentenciaron que el viaje de 55 minutos estaría plagado de sonidos agresivos y robóticos, siempre con un aura misteriosa. El show llegó a su fin con «Mindphaser», quizás su tema más conocido para aquellos que no están muy familiarizados con la banda.
Un rato más tarde, otros legendarios harían acto de presencia también en el hangar. Se trataba de DAF, el dúo electrónico compuesto por Gabriel «Gabi» Delgado-López y Robert Görl, el cual ha logrado tener renombre e incluso un hit radial con la icónica «Der Mussolini». Desde su álbum debut «Ein Produkt der Deutsch-Amerikanischen Freundschaft» de 1979 han experimentado dentro de su minimalismo que incluye simplemente baterías, sintetizadores y la entonación de consignas, y justamente en sus primeros trabajos estuvo enfocado el repertorio elegido para esta nueva presentación en el M’era Luna. Temas como «Greif nach den Sternen» y «Muskel» prepararon el terreno para hacer mover al recinto con sus hits «Verschwende deine Jugend» y la mencionada «Der Mussolini». También hubo lugar para material editado en el nuevo milenio como el single «Du Bist DAF» de 2010.
En la actualidad es común ver bandas electrónicas de todos los estilos, incluyendo claro está, las de corte minimalista con sonidos hipnóticos y cuasi tribales, pero no debemos olvidar que DAF comenzó a experimentar en este género en el ya lejano 1978, teniendo ya vasta experiencia, lo cual quedó reflejado en esa noche de domingo.
Otra de las performances más destacadas de la jornada fue la de los góticos Blutengel, otra de esas agrupaciones que lamentablemente no suelen llegar a nuestra región, por lo que era una oportunidad imperdible de presenciar su show donde la parte visual que incluye erotismo, vampirismo y provocación religiosa atrae y tiene tanta importancia como su música. Muchos fans se agolparon frente al escenario principal durante la hora de duración de un set que convenció desde el inicio con «Black», un track de su último trabajo de estudio «Leitbild» (2017). El mismo tiene las características tradicionales de la banda donde el sintetizador cumple un rol protagónico, pero la estructura principal del tema bien podría enmarcarse dentro del rock gótico.
La banda cuenta con un grupo de cuatro bailarinas, quienes en el comienzo aparecieron acompañadas de un hombre encapuchado que sostenía dos antorchas, el cual resultó ser el científico forense Mark Benecke. El vocalista y líder del grupo, Chris Pohl, se dirigió varias veces al público a lo largo del show y bromeó en más de una oportunidad con su tecladista Lukas, provocando risas y complicidad entre los presentes.
Gemas de todas las épocas como «Asche zu Asche», «Lucifer», con destaque para la cantante Ulrike Goldmann, y «Bloody Pleasures» fueron parte del repertorio, mientras las bailarinas que visten distintos atuendos según el tema, se movían alrededor de los músicos, realizando una gran actuación. «Leitbild» fue otro punto alto donde el público tuvo mayor protagonismo gritando el estribillo, mientras que «Reich mir die Hand» marcó el final de un show memorable.
Al caer la noche, era momento de partir con la satisfacción de haber vivido un fin de semana atípico y especial en lo que fue una exitosa celebración de la música oscura gracias a la excelente organización por parte de los productores y una gran atmósfera generada por la comunión entre artistas, público y todos los involucrados de una u otra manera en el evento. Por esta misma razón es que una vez que el público se retira, ya empieza a pensar en la edición del año próximo.