DESTINO 1:
ROBERT PLANT en Torwar Hall (Varsovia, Polonia)
Martes 2 de Agosto de 2011
Era el día 2 de Agosto, y alguien estaba a punto de brindar un show en Varsovia, y ese alguien era el mismísimo Robert Plant, sí, el mismo, la voz del rock. Aquel que a todos o casi todos nos erizó la piel alguna vez.
Al llegar a Varsovia, me encontré con un día hermoso de verano, así que decidí emprender una larga caminata desde la estación de trenes hacia el recinto donde se realizaría el recital, llamado Torwar. Al llegar al lugar me encontré con muchas generaciones compartiendo el mismo amor, por la misma música. Así que al empezar a bajar el sol, salió a escena la “Mississippi Blues Band”, siendo la banda soporte del show, que si bien no sorprendió, entretuvo de muy buena manera, y nos brindaron fuertes canciones que iban desde el Blues más puro, pasando por el Funk, hasta llegar a duros riffs.
Luego de una cálida bienvenida por parte de la Mississippi, se acercaba el plato fuerte de la noche, Plant and the Band of Joy, quienes tenían bajo el brazo un flamante nuevo disco. La apertura del show fue con una extraña versión del clásico de Led Zeppelin, “Black Dog”, que en lo personal me agradó mucho, sonando tal vez más calma, pero con arreglos muy interesantes. Y de ahí en más fue todo un solo disfrute. Un show que es abierto por una pieza como la previamente mencionada, lo tiene todo para quedarse en la memoria de los presentes.
Luego la seguidilla de temas, fue una combinación perfecta entre las canciones que integran el último disco de la banda, como “Angel House” y ”Monkey”, junto a clásicos de Zeppelin, como el que abrió el show, “Black Country Woman”, “Ramble On”, entre otras, sin dejar de mencionar la versión de “Read the Letter” (canción grabada con Alison Krauss), la que sin duda conmovió a más de uno en la audiencia. Para llegar al final, se despidieron con dos grandes canciones de Zeppelin, “Bron-Y-Aur Stomp” y “Gallows Pole”.
Además de lo que todos sabemos, de que Plant es una de las voces referentes dentro del rock y sus vertientes, de que sin Zeppelin este mundo no hubiera sido igual, etc., aún así, existe la gran pregunta, el Plant del 2011 sigue siendo aquel que en el ’69 irrumpía con su alarido en “Dazed And Confused”? Sigue siendo aquel que todos conocimos y adoramos? Y a esa pregunta mi respuesta es: SÍ. Y es por la simple razón de darse cuenta que los años pasan, pero que él sigue siendo Robert Plant. Así que opta por sostener su voz en los agudos junto a la corista de la banda, Patty Griffin, pero cuando es el turno de hacernos delirar al igual que en los discos opta por hacerlo solo (aunque estos sean unos pocos segundos, en nuestra memoria resonarán como años). También se notaba el paso del tiempo, en el estilo de la banda, en sus versiones como “Black Dog”, que suenan un poco más calmas, pero con una mística increíble, que en tonos tal vez un poco más graves y a un tempo un poco más lento, la canción y su voz se vuelven a descubrir como la primera vez.
Qué más decir? Que fue increíble tener al Sr. Robert Plant, parado ahí al frente de uno, fue increíble. Escuchar esas canciones de Zeppelin en vivo fue inolvidable. Y además de todo, estaban presentado un gran último disco. Simplemente increíble, saber que hay Rock para rato!
SETLIST ROBERT PLANT AND THE BAND OF JOY
01- Black Dog (Led Zeppelin cover)
02- Down To The Sea
03- Angel Dance (Los Lobos cover)
04- Let The Four Winds Blow
05- House Of Cards (Richard & Linda Thompson cover)
06- Somewhere Trouble Don’t Go (Buddy Miller cover)
07- Monkey (Low cover)
08- A Satisfied Mind (Porter Wagoner cover)
09- Thank You (Led Zeppelin cover)
10- Ocean Of Tears (Big Maybelle cover)
11- Black Country Woman (Led Zeppelin cover)
12- In The Mood
13- Please Read The Letter (Page & Plant cover)
14- Misty Mountain Hop (Led Zeppelin cover)
15- Shine It All Around
16- Ramble On (Led Zeppelin cover)
Bises:
17- Bron-Y-Aur Stomp (Led Zeppelin cover)
18- Gallows Pole (Led Zeppelin cover)
DESTINO 2:
THE PRZYSTANEK WOODSTOCK FESTIVAL en Kostrzyn, Polonia
Jueves 4, Viernes 5 y Sábado 6 de Agosto de 2011
Dos días después del encuentro con Robert Plant en Varsovia, casi un millón de personas (750.000 según la web del festival) esperábamos por presenciar uno de los mayores festivales de Europa, Woodstock. Sin duda el nombre hace referencia al sucedido en el ’69, donde participaron músicos como Hendrix, Joe Cocker, Janis Joplin, entre otros. Tomando este festival su nombre y su espíritu, pero cuarenta y dos años más tarde, y con nombres esta vez como Airbourne, Heaven Shall Burn, The Prodigy, Helloween, entre otros de otros géneros, como Gentlemen o Dog Eat Dog.
Siguiendo con el tema festivales; Europa al llegar el verano se convierte casi que en un gran festival, ya que allí se pueden encontrar festivales de todo tipo y género que invaden estas tierras. Pero una de las particularidades de Woodstock es que es totalmente gratis, y las bandas tocan de manera totalmente voluntaria, sin cobrar por sus shows. También juega a favor la ubicación del festival, siendo en un ex campo militar abandonado, en Kostrzyn (Polonia), pero que queda a menos de una hora de Berlín, ubicando al festival en un lugar céntrico del continente, y muy cercano a una ciudad con un gran público para este tipo de eventos.
Luego de haber introducido de manera muy breve los puntos centrales de Woodstock me voy a disponer a relatar lo allí vivido, y ya de antemano pido disculpas si esto puede asemejarse más a una crónica de viaje que a una review propiamente dicha, pero en este tipo de festivales los shows son una parte más de toda la experiencia que allí se vive.
El día previo al festival, estuve paseando por Wroclaw, ciudad universitaria que queda a alrededor de 300 Km de donde año tras año se realiza Woodstock. Y ya desde aquí, y un día antes, se vivía una atmósfera de previa al festival, donde la gente se aprontaba para vivir un festival como se debe. Así que luego de haber jugado al turista, el 4 por la mañana me dispuse a tomar el tren, para llegar a destino y ahí encontrarme con una de mis dos amigas, con las que íbamos a disfrutar de este festival. Y, si a 300 Km ya había olor a festival, el tren se convertiría en una verdadera previa, para así luego arribar al esperado recinto, sin antes pasar por el pueblo a abastecernos de comida y bebida, emprender la larga caminata, de dos o tres Km (si mal no recuerdo), para recién luego, llegar. Y cómo describirlo? No se podría describir la cantidad de gente que se comenzaba a ver! La primera impresión del lugar fue realmente impactante. Luego de eso, fuimos con nuestra pequeña carpita, a buscar un lugar donde armar nuestro refugio durante esos días.
Y así una vez establecidos, salimos a caminar por el predio en donde había mucho por descubrir, como un espacio de comida Hindú a un muy buen precio, un pequeño escenario dedicado a los Hare Krishna, una carpa para conferencias (siendo algunas de ellas muy interesantes), lugares donde se podía estampar monedas con el logo del festival, además de dos más pequeños, pero no por eso de menor calidad.
El día pasaba entre música, cervezas, conversaciones, y alguna que otra conferencia interesante, pero pasadas las nueve, y con puntualidad (Europa), Heaven Shall Burn subía al escenario para presentarse de la siguiente manera: “We are Heaven Shall Burn form East Germany”, lo que significó un gran gesto de amistad, dado lo marcado en la historia de ambos países. Y así subieron al escenario, a detonarnos la cabeza. Fue increíble lo brindado por la banda, si bien el show no tenía mucha producción, la intensidad y la entrega que demostró la banda, a mi por lo menos me dejó impresionado. Y así pasaba el primer recital del festival, el cual realmente presencié, ya que la grilla previa, no me llamó mucho la atención, y quería pasear por el predio, al cual no paraba de llegar gente.
Luego de los alemanes del este sería el turno para Zebrahead y H-Blockx, los cuales no me interesaba ver, pero igual algo presencié, aunque no me causó el menor interés, para que así luego cerrara la noche Skindred, a los cuales vi de lejos ya retirándome hacia la carpa. Pero por lo poco que vi, me pareció que estaba brindando un buen show, con su estilo que mezcla riff provenientes del Thrash con tintes Nü Metal, pero con un cantante que se coquetea dentro del Reggae. Estilo interesante, pero no del todo de mi agrado.
Así terminaba mi primer día, pero al parecer para nadie más en el festival, ya que creo no haber dormido más de tres horas de corrido por los ruidos, gritos, y gente alrededor. Si bien de esto se tratan los festivales, mi cuerpo me pedía un descanso para disfrutar los dos días siguientes como se merecían.
El segundo día comenzó muy temprano cuando una amiga eslovaca me llama para avisar que está llegando al predio a eso de las seis de la mañana, entonces hubo que salir a su búsqueda, y si bien luego traté de retomar el sueño, fue imposible, ya que el sol empezaba a golpear la carpa, y al no tener una sola sombra donde cubrirnos, se hacía imposible quedarse adentro. Así que el día comenzó tempranito, pero iría a un ritmo tranquilo, hasta el anochecer.
Durante la mañana volvimos al pueblo a comprar alimentos y bebidas, y luego paseamos por el predio, recorriendo la pequeña feria en donde se podrían encontrar botas y ropas del ejército polaco, a un precio de no creer, donde habían camperas por 100 pesos uruguayos aproximadamente, hasta lugares de venta de instrumentos donde músicos podían probarlos allí y organizaban jam sessions.
Al llegar la tarde comenzaron los conciertos, y si bien no presencié ninguno propiamente dicho hasta la noche, oí algunas propuestas que llamaron mi atención mientras por allí pasaba, charlando y bebiendo con gente que no compartíamos ni siquiera un idioma en común, pero de todas maneras ellos con su polaco y yo con mi eslovaco lográbamos comunicarnos. A la caída del sol nos acercamos al escenario mayor, para presenciar parte del show de los austríacos Kontrust, quienes mostraron una gran entrega, viéndose reflejada en la respuesta del público, quienes no paraban de disfrutar de su show. Luego de la mencionada presentación y de un intervalo de apenas veinte minutos, siendo totalmente respetados, los pioneros del Power Metal, Helloween, salían a escena, y para qué negar que desde su aparición hasta su partida divirtieron al público presente. Apenas salidos a escena salieron a matar con “Eagle Fly Free” y “March of Time”, luego en el medio del show, resucitaron la balada, “If I Could Fly”, y para cerrar una gran dupla de canciones del “Keeper of The Seven Keys”: “Dr. Stein” y “I Want Out”. En pocas palabras, Helloween brindó un show propio de un festival, divirtiendo, y con una gran puesta en escena, que hizo que el show se viera, tan bien como lo que se escuchaba.
Luego del show de los alemanes, apareció en el escenario Riverside, una banda de rock progresivo polaca, que si bien no me disgustaron, no me llegaron a generar lo que me esperaba. Luego pasaron Projekt Republika, quienes sonaban interesantes, pero ya había salido de la parte del escenario un ratito, para luego escuchar parte del show de Dog Eat Dog, quienes al parecer estaban brindando un buen show, pero quien les escribe ya estaba bastante alejado del escenario, disfrutando la fiesta, que seguía y seguía. Pero el último día del festival esperaba por ser descubierto, así que antes de la madrugada me dispuse a ir dormir, para agarrar aunque sea un par de horas sin sol, y reponer energías.
El sol salió, a todos nos despertó y consigo trajo el tercer y último día del festival, en el cual decidimos ir a almorzar al pueblo, y en donde comimos Pierogi (comida típica polaca). Luego de almorzar decidimos quedarnos un poco en el pueblo, y bueno, allí comenzamos a beber, demasiado tal vez… ya que persona que nos cruzábamos en el camino, nos ofrecía una cerveza, charlábamos un rato, de los shows, o cómo yo siendo uruguayo estaba allí, luego nos despedíamos y al cruzarme otra persona empezaba otra vez. Así que sobre la tarde ya todo era un poco más difuso. Por eso, sobre las cinco de la tarde, ya estaba en el predio, acostado un rato en mi carpa para así casi sobre las ocho, disponerme a disfrutar, lo que a mi parecer fue el mejor show del festival, los australianos Airbourne. Qué decir de su show… que el pogo que crearon fue inmenso, que desde su comienzo con “Raise The Flag” y “Born To Kill”, arrasaron con todo. Brindando momentos como en “Black Jack”, en la cual su vocalista Joel, subió por los fierros del escenario y tocó trepado desde arriba, hasta el demoledor final con “Runnin’ Wild”. Fue una demostración de entrega y adrenalina difícil de explicar.
Luego del show de Airbourne era el turno de Gentlemen, los cuales no me interesaba ver, y sumado a los daños sufridos en mi cuerpo, salí en busca de una de mis amigas y de un poco de paz, para luego presenciar el último show del festival, The Prodigy.
Del show de The Prodigy tal vez tenga poco que decir, ya que me perdí parte del medio del show, por motivos un poco difíciles de explicar. Pero de todas maneras, lo que vi de la apertura y obertura, fue un show más que elaborado, con una puesta en escena muy ambiciosa, con un gran juego de luces. Y de parte del público, un gran disfrute.
En Europa del este el género Drum and Bass está más que presente, y es lo que a muchos de ellos los hace mover los pies, así que imagínense tener a The Prodigy como cabeza de cartel en un festival en Polonia. Era increíble, ver el disfrute de la gente, y una vez terminado el festival, no paraban de hablar de su recital. El cierre de los ingleses fue totalmente acertado, dándole un broche de oro a los tres magníficos días allí vividos, para luego darle paso a la clausura oficial del festival, y que la fiesta continuara hasta el día siguiente.
Si bien el festival en sí culminaba esa noche, nosotros nos quedamos todo un día más, ya que una de mis amigas le desapareció o le robaron su cartera, donde tenía llaves, dinero, tarjeta de crédito, y pasaporte. Así que decidimos quedarnos hasta encontrarlo. Y luego de un largo día de búsqueda, y de ir mil y una vez a lugar de objetos perdidos, parecía que ya no íbamos a encontrarla más, pero sobre la tardecita, su cartera allí estaba. Y lo que parecía más surrealista aún, todas sus pertenecías o casi todas también estaban. Le faltaba un celular, un par de lentes, pero estaban sus tarjetas de crédito, dinero, pasaporte y demás. Algo así parece medio impensable aquí, no sabemos si se perdió o se la robaron, pero la cuestión es que apareció y nos pudimos ir en paz.
Otro dato que me gustaría compartir sobre el festival, era que en el lugar del predio y en la mayoría de los supermercados del pueblo (yo solo encontré en uno), no se vendía otra bebida alcohólica que no fuese cerveza. Lo que no implicaba que gente se llevara sus provisiones de Vodka u otros licores aún más fuertes, pero me pareció una medida resaltable, para un país como Polonia, donde el consumo de alcohol es mucho más elevado de lo que podríamos pensar. Por eso creo que la venta íntegra de cerveza, jugaba a favor del festival.
Y bueno, todo culmina al fin, pero quedan las memorias de haber sido parte de uno de los festivales más grandes de Europa. Así un tren nos llevaba de nuevo a nuestras casas para hoy contar lo sucedido.